Diente de León

Diente de León

Nombre científico: Taraxacum officinale

Y acá estamos! Con mi querido y tan sanador Diente de León! Qué plantita tan noble, generosa, compañera… Crece en donde la tierra lo necesita, y nos permite tomar de ella cada partecita, aportándonos sabores, limpieza, depuración, color…

Sí, porque del Diente de León se consume casi todo: Las hojas, capullos, flores y raíces.

La conocí, y la tengo presente, desde lo espiritual y energético, ya que al ser un depurativo del hígado, nos ayuda a encontrar un equilibrio, a procesar situaciones de irritabilidad o enojo. ¿Cómo lo consumo? En infusión, por no más de 10 días, unas tres tacitas por día.

Pero además la fui incorporando en la cocina, y acá les voy a compartir acá un texto tomado de Elena Iacovleva, de su grupo de Facebook «Cocina Salvaje – Recetas e identificación» que nos cuenta sobre su potencial gastronómico:

Hojas: frescas en ensaladas, sándwiches, pizzas, pestos, licuados, jugos. Cocidas en tortillas, tartas, empanadas, guisos, albóndigas, croquetas, buñuelos, salsas. Su sabor es amargo, lo que hay que tener en cuenta al combinarlo con otros ingredientes (va bien con sabores fuertes como anchoas, quesos salados, aceitunas, cebolla, ajo. El amargor queda disimulado en licuados con frutas. Además si se mezcla con otras hojas de sabor neutro como espinaca o acelga, el amargor baja)

Capítulos florales: crudos, en ensaladas, sándwiches, aguas floridas. Cocidos en guisos, sopas, empanadas, tartas, rebozados y fritos, en escabeche, incorporados en budines salados. Su sabor es parecido al del alcaucil. En dulces y jaleas. En infusión.

Capullos: crudos en ensaladas y sándwiches. Cocidos en guisos, empanadas, tortillas. En vinagre, como alcaparras.

Raíces: las tiernas de plantas jóvenes, crudas ralladas en ensaladas o cocidas en guisos y sopas. Fermentadas o en conserva. Su sabor recuerda el del rábano. Las fibrosas de plantas más viejas, deshidratadas, tostadas y molidas para elaborar infusiones de sabor parecido al del café o la malta.

Además… cuando fue el momento de dar a luz a Akaal, fue la plantita que, con sus semillitas voladoras me ayudó a encontrar el nombre del espacio: El mantra «Akaal» hace referencia a lo eterno del alma. Sí, esa simpleza, fuerza, libertad de sus semillas, se me aparecieron como una hermosa representación del alma

Y vos ¿la conocías? ¿la habías probado? ¿Me querés contar en comentarios?

Un abrazo, en la fuerza del Diente de León

Lore